domingo, 23 de agosto de 2009

4. columna de opinion

4. columna de opinión



Magia, vida y color primer encuentro internacional de culturas andinas
Por: Ana Lucia Córdoba Montero


En muchas ocasiones pareciera que el mundo girara al revés, ¿o a muchos no les ha pasado? Que el espíritu muchas veces no se llena, y que dan muchas ganas de salir corriendo. Pasto se convirtió en el escenario del primer encuentro internacional de culturas andinas donde países como Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y Estados Unidos volvieron a reencontrarse con sus espíritus envueltos en místicas historias, pero ante todo juntos, para poder enseñar que la madre tierra nos necesita.

El encuentro inicio el 16 de agosto, con un majestuoso desfile de grupos corográficos en el que la inexplicable magia estaba en el aire como si los espíritus estuvieran dando el permiso desde los cielos para que los hombres blancos conozcan, se acerquen a esas culturas milenarias y maravillosas que muchas veces han pasado tan cerca, pero que por la ignorancia, se despoja e ignora.

Estos días han sido más que espirituales, claro para aquellas personas que saben valorar otras culturas, otras formas de vida y de ver el mundo. En medio de eventos donde se rescata esa riqueza majestuosa de Chamanes, plantas sagradas, Taitas, pueblos indígenas que día tras día gritan por ser escuchados, pero que tristemente han sido obligados a hacer parte de un mundo simple, común y moderno donde el espíritu ya no cuenta, solo vale lo que se tiene no lo que se es


Uno de los eventos más encantadores, pero con una realidad única fue el encuentro con las abuelas, donde 15 mujeres compartieron las cosmovisiones de la vida, su forma de expresarse, su lengua, su vestuario las hacia únicas, era como volver a reencontrarse con aquellas abuelitas que en algún tiempo contaban leyendas fantásticas, pero ahora era historias reales, eran formas de ver este mundo.

La maloca Tiksi Muyu que quiere decir circulo sagrado, se transformo en un atmosfera donde las mujeres se identificaban, donde los secretos, las canciones con lenguas que nunca se habían escuchado, envolvían espíritus y hacían sentir que este no era Pasto sino a lo mejor otro lugar pero muy muy lejos.

Alrededor de esta escena tan perfecta estaban chamanes, vegetalistas, medicinas indígenas que respiraban en un entorno donde la sabiduría y las ganas de querer saber más de esas culturas estaba presente, la gente, los hombres blancos disfrutaban de todas manifestaciones que son propias de la tierra, pues al fin y al cabo somos solo eso, tierra.

En este encuentro que finaliza el 30 de agosto hay mucho que aprender, no solo se trata de visitar por curiosidad, que bueno sería llevarse de verdad un pedacito de esas culturas tan únicas y espontaneas, donde no hay diferencias entre hombre y mujer, pero lo más importante modos de vida donde el sol, la luna, las estrellas y la tierra son razón de ser sobre la faz de esta tierra de asfalto y polvo de pueblos indígenas con hombres blancos.

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